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EL TREN / Manuel Buitrago |
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Catorce trabajadores ecuatorianos fallecidos en un paso a
nivel en Lorca en enero del 2001; un muerto y dos heridos graves en
otro descarrilamiento en San Isidro en diciembre del 2002; dos
viajeros muertos al descarrilar un talgo en Tobarra en enero del
2003; diecinueve pasajeros y trabajadores de Renfe fallecidos en
junio de ese mismo año al chocar frontalmente otro talgo y un
mercancías; tres trabajadores muertos en Torre Pacheco arrollados
por otro tren en marzo del año pasado; cinco inmigrantes masacrados
por otro convoy junto a la estación de Hellín en mayo de ese mismo
año; cuatro muertos en Alcantarilla en los últimos cinco años
arrollados por trenes en el paso a nivel que atraviesa la
población... Además de los cuatro fallecidos de ahora, en otro paso
a nivel cerca de Alicante.
Más de medio centenar de víctimas contabilizadas en los accidentes
ferroviarios más graves de los últimos años (el cómputo total es
superior) es una estadística demasiado siniestra que demuestra a
todas luces el tercermundismo de la red ferroviaria que padece, de
forma muy particular, la Región de Murcia. En contra de la
propaganda oficial de turno, se está pagando con creces ese abandono
histórico de nuestro ferrocarril: vía única y saturada en el caso de
Murcia-Alicante; material anticuado de segunda mano o repintado,
electrificación cero, sistemas de seguridad primarios, y más de cien
pasos a nivel, muchos de ellos sin barreras...
Con esta lista de horror, no se puede salir diciendo simplemente que
ha sido una imprudencia del conductor; y que se está invirtiendo
mucho en suprimir pasos a nivel. A estas alturas, suena a insulto.
Manuel Buitrago
LA VERDAD
Miércoles, 7 de diciembre de 2005
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Hubo una vez por estas tierras una cosa que se llamaba Plataforma en
Defensa del Ferrocarril. Estaban todos: representantes de los
empresarios, sindicatos y partidos políticos, excepto aquellos
adscritos al Gobierno de turno, lógicamente, dependiendo quién
gobernara en Murcia o en Madrid.
La misión de esta Plataforma consistía en meterle mucha caña al
Gobierno, al Ministerio y a la compañía Renfe por el abandono
secular de la Región en materia ferroviaria. Las críticas eran
persistentes y feroces. Hasta hubo boicots en la vía, en la estación
del Carmen, delante de los trenes Talgo. No era para menos. Teníamos
un ferrocarril del Far West y la política de Renfe consistía en
cerrar líneas y meternos trenes de saldo, material rodante de
segunda, vagones con otra capa de pintura y locomotoras que se
averiaban (y siguen).
Las nuevas demandas de la sociedad han ido revitalizando el tren
como transporte colectivo, pero por aquí seguimos esperando a que
caiga la breva. Claro que ya no tenemos ninguna Plataforma en
Defensa del Ferrocarril. Las voces discrepantes se diluyeron -quizás
por cansancio- y muchos ya no tienen el cuerpo ni el ánimo para
volver a aquellas movidas.
¿Y qué tenemos? Un AVE atascado en Murcia. Una obrita de 9
kilómetros de longitud que está paralizada, cosa que reconoce el
mismo Ministerio, porque aún queda por resolver las expropiaciones,
después de tres años. En cuanto a la variante de Camarillas, para
echarse a llorar. La reina de la fiesta se llama ahora aeropuerto
regional, y lo demás que le den dos duros. ¿Será porque no da votos?
En otras regiones las obras del AVE van zumbando, y aquí a verlas
venir.
Manuel Buitrago
LA VERDAD
Viernes, 8 de septiembre de 2006
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