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Latifundismo municipal murciano

De los 8.111 municipios existentes en España a finales de 2006, según el Registro de Entidades Locales de la Dirección General para la Administración Local (Ministerio de Administraciones Públicas), el 84,76 % no supera los 5.000 habitantes, el 60,1 % baja de los 1.000, el 31,73 % de los 250 y un 12’18 % (988 en total) no alcanza siquiera los 100. Este minifundismo demográfico afecta particularmente a las comunidades de Castilla y León (con un 87 % de sus municipios por debajo de los 1.000 habitantes), La Rioja (85 %), Aragón (84 %), Navarra (70 %) y Castilla-La Mancha (69%). Fuera de toda lógica se encuentran las comunidades de Murcia (0,02 %) y Canarias (0’01 %).

La población media de los municipios en Castilla y León (1.117 habitantes), La Rioja (1.730), Aragón (1.736), Castilla-La Mancha (2.062) y Navarra (2.182) también contrasta con la de los municipios de Murcia (29.683) y Canarias (22.624).

Murcia es, tras Madrid, la comunidad con mayor media de habitantes por municipio

En relación con la superficie media de los términos municipales, destaca, por un lado, la de comunidades como País Vasco (29 km²), La Rioja (29 km²), Cataluña (34 km²), Navarra (38 km²), Castilla y León (42 km²), Valencia (43 km²), Madrid (45 km²) y Cantabria (52 km²), frente a la superficie de los municipios de Murcia, que, con 251 km² de media, ostentan un holgado récord. De hecho, de los 20 municipios más extensos de España, 5 son murcianos (Lorca, Jumilla, Moratalla, Murcia y Caravaca).

Murcia, es con diferencia, la comunidad con los municipios más extensos

En cuanto al número de municipios, los 45 que tiene Murcia (la comunidad autónoma con menos municipios, y la tercera provincia por la cola) resultan ridículos frente a los existentes en otras provincias como Burgos (371), Salamanca (362), Barcelona (311) o Zaragoza (292), o incluso, en otras comunidades uniprovinciales como La Rioja (174), Madrid (179) o Navarra (272).

Murcia es la comunidad autónoma con menos municipios de todo el Estado

¿Cuál es la razón de estas disparidades? ¿Qué es lo que diferencia a comunidades como Murcia o Canarias de otras como Castilla y León, La Rioja, Aragón o Cataluña?

 

Origen de la estructura municipal murciana


 
«Los dominadores de un país extraño, vario en su constitución interna, suelen tender a implantar una administración uniforme que facilite la tarea de dominio, haciéndolo más sencillo y firme».

Anselmo Carretero y Jiménez
"Las nacionalidades españolas"

La búsqueda del origen de esta anormalidad de estructura municipal en Murcia nos lleva necesariamente a la que es causa de otros muchos de nuestros problemas: la conquista castellana del Reino de Murcia.

La forma que la monarquía castellana tuvo de repartirse los territorios que iba conquistando adquiere, en el reino de Murcia, unas características extremas. Las disputas entre la nobleza de segundo orden, capaz de intrigar y provocar auténticos temblores de tierra en la monarquía castellana, hizo que los reyes castellanos, para contentarlos, les fueran otorgando propiedades en los territorios de nueva conquista. De esta forma, el reino de Murcia quedó repartido entre estos nobles, y también, entre las Órdenes Militares (sobre todo, la de Santiago) y la Iglesia, reservándose la Corona, con el fin de compensar de algún modo el excesivo poder de magnates y órdenes, los tres grandes concejos: Murcia, Lorca y Cartagena.

Afortunadamente, y en esto nos diferenciamos de otras tierras del sur de la Corona de Castilla, la previa conquista catalana de Murcia nos libró del latifundismo, que hoy padecen Extremadura, La Mancha o Andalucía (que no tuvieron esta influencia catalana). La visión de la Corona de Aragón de su conquista de las tierras hispano-musulmanas era bien distinta, y consistía en mantener y respetar la estructura de la propiedad y el arraigo de los cultivadores de la tierra como una fuente de ingresos fiscales muy importante. Además, esta influencia catalana salvó a muchas zonas del Reino (las de regadíos) de un despoblamiento casi absoluto -del que otras no escaparon-.

El reparto de los territorios que acabarían constituyendo los actuales municipios fue realizado de una manera arbitraria e ignorante de la realidad sobre la que estaban actuando. El resultado final de la integración del reino de Murcia en la Corona castellana acabó siendo más como una colonia que como un reino, que era la primera intención de Alfonso X. El sistema de dominación castellana del reino de Murcia es más asimilable al que posteriormente se pondría en marcha en Canarias y con la conquista de América, que al de otros territorios de la península.

La consecuencia de todo lo anterior la vemos en el actual mapa municipal de la Región de Murcia, en el que las líneas divisorias entre términos municipales son tan rectas y uniformes, que parecen más propias del colonialismo europeo sobre África, que de un ente, el municipio, que se supone marco primario de convivencia civil y la institución más cercana al administrado.

Destacan por su rectitud los límites de los términos de Jumilla, Caravaca, Lorca, Totana, Cartagena y Fortuna, entre otros

Evolución del mapa municipal

Terminado todo el proceso de conquista, a comienzos de la Edad Moderna, nos encontramos con un reino de Murcia repartido entre concejos de realengo, señoríos laicos y eclesiásticos, y dominios de órdenes militares.

Las órdenes militares ocuparon principalmente los territorios del interior murciano. La orden militar más importante fue la de Santiago, que ocupó Totana-Aledo, Cieza y Valle de Ricote, Pliego, Lorquí, y las comarcas serranas del oeste del reino (Caravaca, Moratalla, Socovos, Yeste, Beas de Segura). También se atribuyeron posesiones a otras órdenes, como la de San Juan (Calasparra, Archena), Calatrava (Abanilla) y Alcántara (Alcantarilla -durante algunos años-).

En cuanto a los señoríos, hay que diferenciar, por un lado, los señoríos eclesiásticos, que se reducían a fincas y poblaciones determinadas (Alcantarilla), y, por otro, los señoríos laicos, entregados a determinados nobles -no pocas veces bastardos reales- (Mula, Jumilla, Alhama, Molina).

Como cierre y contrapeso al poder de órdenes militares, nobles e iglesia, la monarquía creó tres grandes concejos (Murcia, Lorca y Cartagena), que se repartieron los territorios más meridionales del país, no existiendo en esta región prelitoral ningún otro municipio hasta bastante tiempo después (Mazarrón, 1572; Fuente Álamo, 1700).

La situación se mantuvo, con algunas modificaciones, hasta el siglo XIX. Con la aprobación de la Constitución de 1812, inspirada en el liberalismo, que consideraba estas estructuras municipales como manifestación del sistema caciquil y absolutista con el que se pretendía terminar, se permitió la creación de nuevos municipios, y así, durante el Trienio Liberal (1820-1823), pudieron constituir su propio ayuntamiento numerosas poblaciones de los concejos de Murcia (La Alberca, Algezares, Aljucer, Alquerías, Beniaján, Churra, Era Alta, El Esparragal, Espinardo, Los Garres, Guadalupe, Javalí Nuevo, Monteagudo, Nonduermas, La Ñora, El Palmar, El Raal, La Raya-Puebla de Soto, San Javier, San Pedro del Pinatar, Santa Cruz, Santomera, Torre Pacheco Torreagüera, Voz Negra, Zeneta) y Cartagena (El Algar, La Palma, Pozo Estrecho), así como Fuente Álamo (segregado de Murcia, Cartagena y Lorca).

El inicio de la Década Ominosa (1823-1833) y la consiguiente restauración del absolutismo supuso una vuelta a la situación anterior y todos estos nuevos municipios desaparecieron. Sólo una vez transcurrida esta etapa, pudo volver a plantearse la cuestión: en esta ocasión, se crearía el municipio de Águilas (segregado de Lorca en 1834).

En 1836, con el restablecimiento de la vigencia de la Constitución de 1812, resucitaron muchos de los ayuntamientos malogrados en 1823, aunque volvieron a desaparecer poco después, con las excepciones de San Pedro del Pinatar, San Javier y Torre Pacheco (segregados de Murcia) y Campos del Río (segregado de Mula), que conservaron la independencia municipal.

Desde mediados del siglo XIX, los municipios de nueva creación en Murcia han sido escasos. En 1859 nace La Unión, precisamente de la "unión" de El Garbanzal y Herrerías, con Portmán y Roche (segregadas de Cartagena). En el siglo XX, sólo Puerto Lumbreras (segregado de Lorca en 1958), Santomera (segregado de Murcia en 1978) y Los Alcázares (segregado de San Javier y Torre Pacheco en 1983) lograron obtener el estatuto municipal.

 

Conclusión

Al principio del artículo, al comparar las características de los municipios de las distintas comunidades autónomas, nos preguntábamos cuál era la razón de las disparidades, aquello que diferenciaba la estructura municipal de comunidades como Murcia o Canarias de la de otros territorios. Pues, simplemente, que son tierras conquistadas y repartidas entre sus dominadores, con absoluto desconocimiento de la realidad del país afectado y en función de unos intereses ajenos a su población.

Esta organización territorial, que ha mantenido históricamente sus propios y peculiares administradores, es el germen de un sistema caciquil que perdura hasta hoy mismo y que conforma desgraciadamente nuestra identidad. Constituye una rémora de la "reconquista" que habrá que empezar a superar, posibilitando, entre otras cosas, la creación de nuevos municipios.

 

 

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Actualización: 09/12/2006